Cuando acabe el invierno y volvamos a volar by Cherry Chic

autor:Cherry Chic [Chic, Cherry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-09-28T00:00:00+00:00

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Maia

Las lágrimas actúan por su cuenta cuando lo veo cantando de nuevo en directo y en la intimidad de su habitación.

Cuando Kellan me mira, siento que el mundo, después de todo, sí ha conseguido pararse. Chelsea se levanta y sale de la habitación sin decir ni una sola palabra y yo… Yo me quedo aquí, con el corazón roto por tantos motivos que no sabría por dónde empezar a enumerarlos.

Kellan me mira sin soltar su guitarra, como si fuera un escudo que necesita conmigo.

—¿Qué haces aquí, Maia?

—Yo… siento mucho cómo se ha portado Cam contigo.

—¿Conmigo? —Kellan chasquea la lengua y se levanta—. Me importa una mierda cómo se porte conmigo, pero no me gusta que a ti te trate así. Y menos aún me gusta ver que tú lo permites.

Tiene razón. Sus palabras duelen como si me derramara ácido en el pecho, pero tiene toda la razón del mundo. El comportamiento de Cam ha ido de mal en peor y no lo entiendo. Se ha vuelto tóxico y dañino. Dice cosas horribles cuando se enfada y, aunque más tarde se disculpa, en el momento siento que no conozco al hombre con el que decidí comenzar a salir. Hemos hablado mucho en estas semanas y siempre volvemos a lo mismo: sus celos. Sus enfermizos celos. Incluso me ha dicho que, si siente celos, es porque me quiere de verdad. Es una declaración que siempre me ha parecido horrible en libros y películas, pero cuando me lo dijo Cam, solo pude mirarlo sin reaccionar. Como si no comprendiera absolutamente nada, porque en realidad así es.

Aun así, tener que admitirlo frente a Kellan es complicado. Nos enseñan desde pequeños a cuidarnos de lo que otros puedan hacernos y siento que yo estoy fallando en un montón de cosas que no debería.

—No es mala persona. Es solo que no entiende que estés de vuelta. Y no puedo culparlo de esa parte porque yo tampoco lo entiendo.

La irritación en la voz de Kellan me sorprende.

—Este es mi hogar, Maia.

—Llevas siete años sin venir. ¿Por qué ahora? Y más importante aún: ¿habrías venido si Brody no te hubiese traído asustado por las noticias?

—Las malditas noticias lo exageran todo.

—¿Sí? ¿De verdad?

—¿Qué quieres decir? ¿Y por qué hemos pasado de hablar de Cam a hablar de mí?

Trago saliva. Tiene razón. He desviado el tema y no me siento orgullosa, pero no sé… Dios, no sé qué pretendo. Esa es la verdad: ni siquiera sé qué tengo que hacer o decir. Pero sé que hay preguntas dentro de mí que necesitan una respuesta.

—Solo quiero comprender por qué te comportas como si todo te diera igual.

—No es así.

—Lo es. Hasta yo, que he hecho lo posible por no verte en televisión ni redes, he oído los rumores un montón de veces. Cada día una chica, cada noche una fiesta y de madrugada los excesos y…

—No he tenido excesos.

—¡Estás en la fase de negación, Kellan! —exclamo dolida.

—No, joder, yo no estoy en la fase de negación. ¡Sois vosotros! Que estáis empeñados en convertirme en un puto cliché con patas.

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